¿Cómo es mi trabajo en una consulta?
Las consultas son individuales. Mi labor, es la de servir de enlace, ser un intermediario, sin juzgar ni criticar.
Cada persona es libre de aceptar o no los mensajes que se reciben. Jamás inventaré ni transmitiré una información que no haya recibido, sólo por el hecho de ser lo que una persona quiere y desea oír. Los mensajes transmitidos tienen la información que necesitamos para ese momento de nuestra vida y no necesariamente son los que deseamos escuchar.
En una misma consulta, además de establecer comunicación con los seres que han fallecido, se pueden resolver dudas sobre temas emocionales y espirituales, sueños, mensajes, señales; se acompaña, guía y orienta en los distintos tránsitos, procesos y etapas de la vida y la muerte.
Acudir a una consulta con la mente, el corazón y el espíritu abierto, va a ayudar a que la comunicación sea más fluida.
Si necesitamos y queremos tener respuestas concretas sobre determinados temas como la toma de decisiones personales, laborales, sentimentales y afectivas, o sobre nuestro futuro, se utiliza el tarot, ya sea interpretativo, evolutivo y canalizado.
En las sesiones de mediumnidad y canalización, mi labor, es la de servir de enlace, ser un intermediario, sin juzgar ni criticar entre los seres queridos fallecidos, seres de luz, guías, maestros, el ser superior y nosotros. Traslado la información que desean comunicar a medida que la van enviando. La información recibida es privada y confidencial.
Por mi manera de trabajar, no hago consultas de mediumnidad hasta pasados tres meses como mínimo tras el fallecimiento de un ser querido. La rabia, la ansiedad, el dolor, la pena, la ira, la frustración, son algunas de las emociones que se viven muy intensamente cuando muere una persona e interfieren en la comunicación, pudiendo llegar a bloquearla.
La canalización a través de la mediumnidad permite recibir mensajes de tipo espiritual y por medio del tarot canalizado y el interpretativo pautas para guiarnos en situaciones concretas de la vida.
Mi trabajo es energético, conecto con ellos y nosotros a través de la energía. Hago un llamamiento para que acudan los seres con los que deseamos comunicarnos, aunque no existe una garantía de que vengan ellos en concreto. Nunca sé quién va a aparecero qué quiere comunicar hasta que lo hace.
A veces, el mensaje que quieren transmitirnos es sólo su presencia, hacernos saber que están con nosotros; otras veces, pueden informarnos sobre cómo fue su vida, su muerte. En ocasiones, pueden hablar sobre sus sentimientos y pensamientos, puede que quieran arreglar algo que quedó pendiente, pedir perdón o agradecer todo el amor que les dimos y recibieron.
Debemos tener presente que son los seres los que eligen acudir y qué comunicar. Conocen nuestra vida y desde el plano en el que se encuentran, tienen acceso a información que les permite ayudarnos y guiarnos. Si lo consideran oportuno, se les puede hacer preguntas, aunque no existe certeza de que sean respondidas. Es posible que elijan otros momentos para poder hacerlo.
Vamos a recibir la información que necesitemos y no siempre coincide con la que deseamos saber. Respetan al máximo nuestro libre albedrío y no pueden interferir ni cambiar nuestras decisiones; aunque no estén de acuerdo con ellas seguirán cuidándonos y velándonos.
En esos momentos, dejarán espacio para que seamos nosotros los que caminemos y aunque a veces parece que desaparecen, siguen estando presentes. Saben que somos los responsables de las decisiones, sentimientos, pensamientos y acciones de nuestra vida y por eso su misión es la de guiar y acompañarnos en los distintos procesos personales, espirituales y evolutivos por los que atravesemos.