Vivir la vida significa saborear cada instante. A veces estos momentos están llenos de dolor, de angustia, melancolía, alegría, risa, indiferencia, cansancio, vitalidad, sueños… Todos ellos forman el presente, el momento, el ahora, y a la vez, la vida.
El dolor, la tristeza, la rabia, la ira, son estados emocionales que podemos aprender a gestionar. Podemos transformar su presencia y convertirlos en maestros que nos guíen y ayuden a evolucionar.
Si decimos, «te amo tristeza”, “te amo dolor» lo que estamos haciendo, es integrarlo, reconociendo que en ese instante somos tristeza, somos dolor. Nos aceptamos, integramos, no luchamos. El esfuerzo se diluye y es menor, lo que posibilita que sentimientos dolorosos que vivimos se vayan disolviendo poco a poco.
Amarnos a pesar de los pesares, en las épocas difíciles, en los momentos más complicados, en las pérdidas, en la marcha de los seres queridos, en las rupturas que nos muestra la vida, es seguir viviendo, es aceptar que podemos vivir en un mismo instante el dolor y el amor. El amor sólo se apaga si le damos permiso para ello.
El amor, sana, cura las heridas, da fuerza, reconforta, es nuestro aliado más fiel. Cuando nos amamos, somos, estamos llenos, vivimos instantes de felicidad, de paz y calma, de bienestar. Estamos ayudando a que todo lo doloroso quede en otro plano, permite que respiremos y tomemos fuerza para afrontar las situaciones y circunstancias que nos rodean.
Decirnos, «me amo», a pesar de lo que sintamos, aceptarnos en todas las circunstancias, es saber que siempre nos tendremos, es amarnos sin limitaciones, de manera incondicional.
Amarnos, significa no cerrar los ojos ante lo que duele. Podemos aprovechar esta situación como un proceso, una prueba en el aprendizaje del alma, de la vida, de nosotros mismos.
Está en nuestras manos cómo queremos vivir. No vamos a poder impedir que el dolor desaparezca, pero podemos conversar con él, aprender junto a él; y una vez integrado, ser aún más completos, pues el amor, nunca es vacío, siempre llena.
El amor es un poder regenerador, sanador, curativo; el amor es compasión, compromiso; el amor, es avance, es mirar hacia adelante, el amor no limita, pues es expansivo.
Vivir la vida, es vivir el amor. Amarnos es amar lo bueno y lo malo desde la aceptación y cuando lo consigamos, nos liberaremos volviendo de nuevo a sentir que somos seres completos, amorosos.
En Spiral Áurea te acompañamos a lo largo de estos estos procesos a través de las Sesiones Energéticas, que ayudan a ir integrando y liberando estas emociones.
Estas sesiones aportan:
- claridad
- ayudan a disolver bloqueos emocionales y mentales, tales como creencias limitantes, patrones repetitivos, patrones heredados, etc.
- posibilitan que conectemos con nuestra esencia, con nuestra alma
- ayudan en los procesos de duelo, en las diferentes situaciones de pérdidas, en situaciones de rupturas, de cambios, etc.
Estas sesiones como su nombre indica son energéticas y no sustituyen a las terapias psicológicas ni al consejo de los médicos y profesionales de la salud.