María José ha hecho la siguiente sugerencia que ha dejado escrita en una de las entradas del blog:
Hola Eugenia, me gustaría que colgaras algún blog nuestros seres queridos se acuerdan de nosotros nos echan de menos?
Entiendo que saben que los volveremos a ver… Pero algo debe de dolerles no? Un saludo gracias
Comenzamos por el principio.
Nuestros seres queridos se acuerdan de nosotros, ¿nos echan de menos?
La respuesta es sencilla. Nuestros seres queridos que han fallecido siguen acordándose de nosotros. De hecho, muchos de ellos, siguen estando muy cerca nuestro, cuidándonos, guiándonos y acompañándonos a lo largo de nuestra vida.
El que estén cerca, no significa que les atemos o que se sientan obligados a estar junto a nosotros. Son libres de tomar las decisiones que deseen y de llevarlas a cabo. Eligen permanecer a nuestro lado, como parte de su camino evolutivo. Nos ayudan cuándo lo consideran oportuno y hasta dónde puedan hacerlo sin interferir en nuestro libre albedrío. Debemos recordar que por mucho que nos ayuden, ellos siguen su propio proceso evolutivo.
En el caso de saber si nos echan de menos, realmente somos nosotros quiénes les echamos de menos a ellos. Somos nosotros quiénes sentimos la ausencia y el vacío de su presencia. Ellos no la sienten. Al morir, cambia nuestra perspectiva y enfoque. Se comprende qué es el amor, su significado más amplio y que para éste, no existen las fronteras, los límites, y, se sabe que todos seguimos unidos aunque estemos en diferentes planos.
En la sesiones, normalmente los seres que han fallecido se ponen muy contentos cuando se contacta con ellos. En ocasiones, el mensaje que quieren transmitir, es que permanecen cerca nuestro; darnos un consejo, animarnos a llevar a cabo cambios; otras veces, pueden llegar a pedir perdón por un hecho o situación que se vivió.
Y además de todo ello, suelen contar cómo se encuentran: si están en paz, tranquilos; cómo es su «vida» y cómo se han adaptado a su nuevo plano. Para ellos, desde su perspectiva y conocimiento del momento actual en el que se establece la comunicación, en el caso de hubiera un asunto sin resolver, es cuando lo hacen saber. Es decir, puede que alguno quiera expresar algo que no puedo hacerlo anteriormente por diferentes motivos. Por ejemplo: «te quiero», «perdón», «gracias», «todo está bien».
Entiendo que saben que los volveremos a ver… Pero algo debe de dolerles ¿no?
Si, ellos saben mejor que nosotros que volveremos a vernos. Lo que no suelen decirnos es cuándo ocurrirá. Además el tiempo se mide de manera distinta en su plano que en el nuestro. Por poner un ejemplo, es posible que para nosotros hayan pasado cinco o veinte años y para ellos apenas unos segundos. El tiempo y el espacio son diferentes en cada plano.
Quiénes sentimos dolor y sufrimos somos nosotros, ellos no. Cuando morimos, cambia la manera de sentir, percibir, pensar. En algunos seres, el cambio es pequeño; mientras que en otros, se nota más la diferencia.
¿Qué es lo que cambia? El enfoque y la mirada que se tiene sobre los hechos y las personas.
Al morir, se vive el amor de una manera más real. Se tiene una mayor comprensión de uno mismo y de los demás, y también de las circunstancias vividas. Todo se relativiza y se suaviza. Es parte del proceso de la evolución del alma. Cuanto más cercana es la fecha de la muerte, más parecidos somos a cuándo estábamos vivos.
Cuanto mayor tiempo pasa, el amor adquiere otro enfoque, y se da importancia a situaciones que antes hubieran pasado desapercibidas e incluso justo lo contrario, hechos que nos dolían estando vivos, desaparecen o carecen de importancia.
Resumiendo
Los seres queridos fallecidos, si se acuerdan de nosotros, aunque no siempre lo hagan de la forma y manera que nos gustaría. Siguen estando presentes en nuestra vida y ellos eligen cómo, cuándo, dónde y hasta qué punto implicarse sin interferir en nuestra voluntad.
Y, somos nosotros, los allegados, los amigos, la familia, los que tenemos el corazón roto por su ausencia. Ellos conocen el significado pleno del amor. Para ellos no hay distancias, no barreras entre nosotros, solo amor.