Ya ha pasado el período de entre eclipses y el portal energético 12:12 y nos dirigimos a vivir el solsticio de invierno.
Días muy movidos a todos los niveles, en los que hemos subido y bajado, hemos pasado del «infierno» al «paraíso». Hemos mirado cara a cara a nuestra sombra, a nuestros miedos. Han reaparecido heridas viejas a las que hacer frente. Hemos atravesado por un torbellino emocional, físico, mental y espiritual.
A partir del solsticio de invierno, viviremos una nueva energía, la luz vence a la oscuridad, posibilitando encontrar respuestas y soluciones a nuestras dudas, miedos, heridas, dificultades…
Este periodo aunque duro, no deja de tener su lado positivo. Tenemos la oportunidad de mirar hacia dentro, de investigar sobre nosotros, de reencontrarnos con quiénes somos; y por supuesto, de conectar con la luz que somos y tenemos.
Estamos viviendo la posibilidad de hacer un reseteo, de revisar cómo ha sido nuestra vida, de mirar desde la distancia las decisiones que hemos tomado, los caminos que hemos seguido y a su vez, nos permite trabajar en lograr nuevas metas, en poner en marcha nuevos proyectos e ideas.
Todo ello nos permite acercarnos con amor hacia quiénes fuimos, quiénes somos y en convertirnos en quiénes queremos ser.
Llevar la mirada hacia dentro, no siempre resulta ni fácil, ni sencillo. Podemos experimentar bloqueo, frustración, desilusión, dolor, rabia, angustia. Sin embargo, el beneficio que podemos obtener es importante: soltar lastres, dejar atrás aquello que ya no sirve o no es válido.
Descubrir que hemos superado viejas heridas, miedos, relaciones tóxicas, viejos patrones, nos lleva a liberarnos, a sentirnos más ligeros y a su vez, da alas para seguir soñando, para avanzar, crecer y evolucionar.
Es importante recordar que no estamos solos, que aunque el trabajo es individual, tenemos a nuestro alcance diferentes herramientas que pueden ayudarnos a encontrarnos mejor: practicar yoga, meditar, pasear, leer, bailar, disfrutar de una buena charla, sentir un abrazo, etc.
También podemos recibir Reiki, tratamientos energéticos, trabajar con cristales…
No olvidamos que somos luz y amor a pesar de las dificultades y las adversidades. Tras la tempestad llega la calma, tras la oscuridad llega la luz y el sol sale todos los días aunque llueva.